jueves, 26 de mayo de 2011

Mecanismos de Defensa

Los mecanismos de defensa son inconscientes, adaptativos, inter o intra psiquicos de los cuales se vale el Yo para sentirse en equilibrio, encajar en la sociedad, lograr una buena autoestima, son complejos y no son empleados individualmente mas bien acompañados de otros mecanismos y muchas veces pareciera confundirnos.

Creo que comprendiendolos y estudiandolos a fondo se podria obtener mucha informacion de los problemas referentes al mundo interno de muchas personas, que ni siquiera ellas han decifrado el origen de sus preocupaciones, problemas y dificultades.

He aqui algunos de los mas comunes mecanismos de defensa:



Represión


Alejar violentamente de la conciencia experiencias dolorosas o vergonzantes. Se rechazan, porque son considerados peligrosos, no sólo los impulsos sino también los recuerdos, las fantasías, los deseos que están conectados con esos impulso prohibidos, es lo que debe ser ignorado es decir reprimido.

Es como olvidar algo, pero olvido sin conciencia de olvido, porque el individuo puede olvidar algo y sabe que se ha olvidado de algo.
El recuerdo reprimido si se hiciera conciente determinaría en el individuo conflicto y angustia, porque son ideas, deseos que no son aceptables para el superyó del individuo.
Cuando algo se ha reprimido, significa que algo se ha separado del yo y a pasado al
Ello.
Si el grado de represión es muy intenso, tiende a ser muy perjudicial para la integridad del yo. Cada represión reduce la eficacia del yo.
El acto de represión determina una oposición entre el Yo y el Ello, lo reprimido va a presionar en forma constante para buscar su satisfacción y el Yo debe oponer una contracarga, lo que determina una pérdida de energía para el Yo. Un sujeto neurótico es el que está sometido a una acción intensa de los mecanismos de defensa.


Regresion


La regresión es algo que está implícito en el desarrollo. La maduración de una personalidad es un proceso que gradualmente se va cumpliendo, a través de etapas, pero la etapa a la que se ha llegado no implica la superación total de la anterior, la etapa actual está como incorporada a las anteriores y las posteriores sobre ésta.
Es patológica cuando se ha hecho estable e impide todo avance ulterior. Actúa como un mecanismo de defensa cuando el sujeto se encuentra ante una situación que no puede resolver , recurre a la regresión, retrocediendo a una etapa en su evolución, que el sujeto cree que las condiciones eran más favorables.

Formacion Reactiva

Consiste en el desarrollo de actitudes o rasgos de carácter exactamente opuestos a los que el sujeto necesita negar en él .
Si un sujeto vive inconcientemente pulsiones muy crueles, lo que puede aparecer es una conducta excesivamente compasiva.El rasgo de una formación reactiva es la exageración.


Racionalización



Proceso por el que se justifica una conducta o pensamiento mediante razones que no son las verdaderas, sin que él que lo realiza sea conciente de ello. Dar justificaciones "buenas" o socialmente válidas de nuestro comportamiento en lugar de verdaderas razones.
Te lo dije porque" soy sincero", lo que oculta es su necesidad de agredir al prójimo,la agresión que el individuo no asume como motivación principal, en la medida en que puede disfrazarla de sinceridad, le permite la descarga y una explicación tranquila de lo que está haciendo.

 

Aislamiento




El aislamiento hace que se considere separado lo que en realidad está unido. Un episodio determinado es separado o privado para la conciencia de su significación o de su carga afectiva. Una persona puede recordar un suceso que le ha ocurrido en su infancia muy doloroso o traumático, pero los cuenta en forma indiferente, sin ninguna carga afectiva ; y además a perdido toda conexión con otros sucesos semejantes, le sirve a la persona para mantener alejados de la conciencia las asociaciones que puede vivir como indeseables, es decir de lo que no querría saber o acordarse.

Anulación



Es la realización de un acto determinado con el fin de anular o reparar el significado de uno anterior. Su finalidad es deshacer el daño que el sujeto imagina inconcientemente puede haber causado. Hay personas que tienen fórmulas verbales que no tienen ningún sentido, pero para ellos tiene inconcientemente el sentido de una plegaria, pidiendo protección para una persona. Puede ser un sujeto que tiene fuertes impulsos hostiles hacia esa persona pero a la vez concientemente la quiere (ambivalencia). Son dos partes, en la primera se da satisfacción a la pulsión agresiva (deseo de muerte), en la segunda se anula lo hecho en la primera.
Fenichel( psicólogo) da un ejemplo : Un señor se veía impulsado a rezar en forma obsesiva durante una grave enfermedad de su madre; pero al terminar la plegaria se daba un golpecito en la boca, acto con el cual pretendía anular el efecto positivo del rezo.
El aislamiento en la vida cotidiana es algo que realizamos frecuentemente, cuando nos concentramos mentalmente en algo, nos protegemos dejando de lado todo lo que está fuera del tema de mi concentración, se aislan ciertas cosas de una serie de otras que podrían interferir.

Proyección



El sujeto atribuye a otra persona las tendencias o deseos reprimidos en él, percibiéndolas luego como características propias de esa persona.
Por ejemplo, una persona que siente una pulsión muy hostil contra otra persona, pero que concientementea la quiere, para defenderse de ese sentimiento que de hacerse conciente le generaría mucha culpa, se defiende proyectando la pulsión hostil y la fórmula sería:" No soy yo quien le tiene rabia,sino que es ella (la otra persona) que me tiene rabia a mí. El caso de un niño que está mirando televisión con su madre y este le dice: "Mamá cambio de canal porque esta película es de terror y "tú" tienes miedo.

Introyección



Es el mecanismo paralelo a la proyección, el yo del sujeto va a pecibir como propio de él, algo que en verdad pertenece a otro. El resultado de la introyección es la identificación. El objeto introyectado es como si se incorporara al yo del sujeto y va a formar parte de él.
Tanto identificación, regresión y sublimación son conductas o comportamientos psíquicos que pueden funcionar en determinadas situaciones como mecanismos de defensa.

Vuelta contra sí mismo


Es cuando una carga agresiva , primitivamente dirigida contra un objeto del mundo exterior, se vuelve contra el yo y algunas veces llega a destruirlo. Por ejemplo en los suicidios, dañarse en vez de dañar a otro. También puede ocurrir que los sentimientos positivos, amorosos, vuelvan al yo. Por ejemplo en una pareja, la mujer deja al hombre, éste estaba muy enamorado de ella, al dejarlo todo el amor que el tenía por ella vuelve hacia su propio yo aumentando su narcicismo.

Transformación en lo contrario  


Consiste en la transformación del amor a un objeto por odio. El sujeto o la sujeto que estaba enamorado de su pareja, y ante la frustración que le pueda significar el abandono, entonces todo ese amor se da vuelta y se convierte en odio, que llega en casos a la destrucción del otro, a matarlo.

 

Sublimación


Cuando una necesidad instintiva no puede ser aceptada por el yo, éstas pueden ser modificadas para hacerlas socialmente aceptables.
La pulsión se sublima cuando es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente valorados.
Las pulsiones desexualizadas buscan fines culturales que pueden ser artísticos o científicos , oficio, industria, trabajo. 


El Ello, el Yo y el Superyo

La realidad psicológica freudiana empieza con el mundo lleno de objetos. Entre ellos, hay uno especial: el cuerpo. El cuerpo (Nos referiremos a cuerpo como vocablo para traducir “organism”, ya que en psicología es más aceptado el término. N.T.) es especial en tanto actúa para sobrevivir y reproducirse y está guiado a estos fines por sus necesidades (hambre, sed, evitación del dolor y sexo).
Una parte (muy importante, por cierto) del cuerpo lo constituye el sistema nervioso, del que una de sus características más prevalentes es la sensibilidad que posee ante las necesidades corporales. En el nacimiento, este sistema es poco más o menos como el de cualquier animal, una “cosa”, o más bien, el Ello. El sistema nervioso como Ello, traduce las necesidades del cuerpo a fuerzas motivacionales llamadas pulsiones (en alemán “Triebe”). Freud también los llamó deseos. Esta traslación de necesidad a deseo es lo que se ha dado a conocer como proceso primario.
El Ello tiene el trabajo particular de preservar el principio de placer, el cual puede entenderse como una demanda de atender de forma inmediata las necesidades. Imagínese por ejemplo a un bebé hambriento en plena rabieta. No “sabe” lo que quiere, en un sentido adulto, pero “sabe” que lo quiere…¡ahora mismo!. El bebé, según la concepción freudiana, es puro, o casi puro Ello. Y el Ello no es más que la representación psíquica de lo biológico.
Pero, aunque el Ello y la necesidad de comida puedan satisfacerse a través de la imagen de un filete jugoso, al cuerpo no le ocurre lo mismo. A partir de aquí, la necesidad solo se hace más grande y los deseos se mantienen aún más. Usted se habrá percatado de que cuando no ha satisfecho una necesidad, como la de comer por ejemplo, ésta empieza a demandar cada vez más su atención, hasta que llega un momento en que no se puede pensar en otra cosa. Este sería el deseo irrumpiendo en la consciencia.
Menos mal que existe una pequeña porción de la mente a la que nos referimos antes, el consciente, que está agarrado a la realidad a través de los sentidos. Alrededor de esta consciencia, algo de lo que era “cosa” se va convirtiendo en Yo en el primer año de vida del niño. El Yo se apoya en la realidad a través de su consciencia, buscando objetos para satisfacer los deseos que el Ello ha creado para representar las necesidades orgánicas. Esta actividad de búsqueda de soluciones es llamada proceso secundario.
El Yo, a diferencia del Ello, funciona de acuerdo con el principio de realidad, el cual estipula que se “satisfaga una necesidad tan pronto haya un objeto disponible”. Representa la realidad y hasta cierto punto, la razón.
No obstante, aunque el Yo se las ingenia para mantener contento al Ello (y finalmente al cuerpo), se encuentra con obstáculos en el mundo externo. En ocasiones se encuentra con objetos que ayudan a conseguir las metas. Pero el Yo capta y guarda celosamente todas estas ayudas y obstáculos, especialmente aquellas gratificaciones y castigos que obtiene de los dos objetos más importantes del mundo de un niño: mamá y papá. Este registro de cosas a evitar y estrategias para conseguir es lo que se convertirá en Superyo. Esta instancia no se completa hasta los siete años de edad y en algunas personas nunca se estructurará.
Hay dos aspectos del Superyo: uno es la consciencia, constituida por la internalización de los castigos y advertencias. El otro es llamado el Ideal del Yo, el cual deriva de las recompensas y modelos positivos presentados al niño. La consciencia y el Ideal del Yo comunican sus requerimientos al Yo con sentimientos como el orgullo, la vergüenza y la culpa.
Es como si en la niñez hubiésemos adquirido un nuevo conjunto de necesidades y de deseos acompañantes, esta vez de naturaleza más social que biológica. Pero, por desgracia, estos nuevos deseos pueden establecer un conflicto con los deseos del Ello. Ya ve, el Superyo representaría la sociedad, y la sociedad pocas veces satisface sus necesidades.


¿QUÉ  HACE  UN  PSICOANALISTA?



El Psicoanalista utiliza como método de cura el psicoanálisis, que consiste en la investigación del inconsciente.

Este método, descubierto por Freud, se basa en la asociación libre, y se utiliza para la curación de los trastornos psicológicos o emocionales que se manifiestan en forma de: fobias, histerias, obsesiones, inhibiciones, depresiones, angustia, etc.
El Psicoanalista con su técnica, ayuda al paciente a traer a la conciencia lo reprimido, lo que permanece olvidado en el inconsciente.

Seguramente muchos se preguntarán ¿Por qué hay que recordar lo reprimido si es desagradable o doloroso?, ¿no sería mejor seguir olvidándolo para no sufrir?.
Cuando un suceso de la infancia ha sido penoso o desagradable, cae en el inconsciente, es decir, en el olvido y ahí queda retenido por la censura, es decir como encerrado en un sótano. Estos recuerdos, ocultados en el salón de la censura, no por ello se han vuelto impotentes, sino que siguen insistiendo, manifestándose en forma de síntomas físicos, psíquicos o con comportamientos anómalos: ludopatías, adicciones, etc.
Las situaciones penosas vividas en el pasado y que quedan reprimidas en el inconsciente proporcionan en el presente continuos conflictos que se repiten constantemente en uno mismo o en los propios hijos formándose una cadena.
Cuando el psicoanalista enseña al paciente la intervención de las motivaciones inconscientes que guía la mayoría de sus actos, lo hace de forma similar a como el químico de la sal, la cual al combinarse con otros elementos resulta irreconocible.
La finalidad del psicoanálisis consiste en la recuperación de las facultades de obrar y gozar de la existencia.
La cura psicoanalítica requiere diván para que el paciente pueda asociar más libremente. La regla básica para que el psicoanalista se lleve a cabo es que el paciente diga todo lo que se le ocurra, todo lo que le pase por la cabeza aún cuando parezca sin importancia o desagradable, que pueda hablar de cosas presentes, pasadas, sueños, fantasías, anécdotas. etc.
Todo lo que el paciente diga es importante para el psicoanalista, que mantiene una escucha del inconsciente, es decir una atención flotante, y cuando lo cree conveniente o al final de la sesión, el psicoanalista interpreta, es decir, le comunica al paciente lo que es desconocido para él pero que él mismo ha transmitido en forma de lapsus, sueños, fantasías, etc. Es decir: su inconsciente. Con ello, el paciente, se libera del peso que lo frustra.
Entre el psicoanalista y su paciente se origina un tipo de relación basado en la transferencia, por la cual el paciente revive con su psicoanalista las emociones traumáticas de la infancia y que siguen manifestando en el presente en forma enmascarada.
Debemos a Freud la ampliación del concepto de sexualidad que estaba antes limitado a lo genital, abarcando a partir de sus descubrimientos el campo de las emociones y los afectos.
Para que el psicoanálisis pueda llevarse a cabo, es necesario no sólo que el paciente quiera curase sino que quiera saber, el por qué de su sufrimiento.
El psicoanalista para autorizarse como tal tiene que haber hecho él también la experiencia de su propio inconsciente, es decir, haber pasado también por un psicoanálisis.